El fuego que ilumina el crepúsculo de la tarde dibuja el cielo con su sangre de fuego... Y allí estamos en silencio, observando la caída del astro rey en pleno otoño. La noche se acerca lentamente, el fuego se apaga con calma, nuestras manos se toman e intercambian el calor de un abrazo profundo; y allí estamos, como dos amantes adolescentes perdidos en la tentación de un amor pasional que se dibuja en algo tan corriente como un crepúsculo, pero con un elemento mágico... la convicción de dos personas que se unen profundamente.
Crepúscolos de pasión.
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