En tus ojos están los cielos de Moscú en primavera...
en tus cabellos están las hojas del otoño moscovita, tan castaño, tan brillante...
en tu sonrisa esta la esencia de los vientos suaves del invierno calmo, ese invierno tibio que a veces siente piedad de nosotros...
en tus lagrimas fluyen las penas solitarias de los amantes que tratan de cerrar sus heridas de amores pasados, son como las aguas del Volga...
en tus gestos están las curvas de los Urales, en ellas se pierden las miradas de los príncipes, y ellos se pierden en sueños imposibles que surgen de ti...
en tus palabras están los sueños ilusorios de muchos infelices que tienen su momento de felicidad, aunque sea un momento ínfimo.